La ubicación es impresionante, justo al lado de la marina, con fácil acceso a restaurantes. El desayuno tiene una gran variedad, especialmente las frutas frescas y pasteles. El personal es súper amable y atento a las necesidades.

Nada.

El Pestana Cidadela Cascais tiene una belleza arquitectónica impresionante y un entorno histórico encantador. La piscina y el spa son perfectos para relajarse, y el desayuno, a excepción del café, ofrece una variedad deliciosa que no me decepcionó.

Las habitaciones pueden estar lejos de la recepción y es un poco complicado moverse dentro del hotel.

una estancia agradable pero con detalles que mejorar

La ubicación del hotel es increíble, justo al lado de la marina, lo que facilita el acceso a muchas actividades. La habitación con vistas a la plaza es espectacular, perfecta para disfrutar de la vibrante atmósfera local. Además, el desayuno es extenso y variado, aunque creo que deberían incluir zumo de naranja natural.

Es sorprendente que no ofrezcan zumo de naranja natural en el desayuno.

La piscina es insuperable, pero la TV es pésima.

La rica variedad de frutas frescas en el desayuno y la atención del personal hicieron que nuestra estancia fuera memorable. Además, la historia del hotel como antigua fortaleza le da un encanto especial.

acceso fácil a la playa y encantadoras calles históricas

Mi experiencia en el hotel fue maravillosa, gracias a su proximidad al centro histórico y a la playa de Ribeira, donde pude disfrutar de agradables paseos y vistas al mar. además, el trato del personal fue muy amable y atento, lo que hizo que me sintiera en casa durante toda mi estancia.

Ubicación perfecta para explorar y cenar.

las instalaciones son sorprendentemente únicas con arte moderno a tu alrededor. el gimnasio es muy pequeño.

La ubicación es brutal, dentro de una antigua fortaleza con vistas impresionantes. Me encantó pasear y explorar las galerías de arte en el hotel, además de relajarme en la piscina exterior.

me sentí como en casa, no tengo ninguna razón para quejarme

Ubicació magnífica, amb vistes espectaculars i ambient artístic que encanta. Tracte del personal molt amable i atent. La piscina exterior a la primavera és un luxe, però accedir a les habitacions pot ser una petita aventura. Esmorzar variat, però sense sucs naturals.

El Pestana Cidadela Cascais es un lugar impresionante. La arquitectura del hotel, en una antigua fortaleza, realmente te deja sin palabras. Además, la habitación que elegí tenía unas vistas espectaculares de la marina, aunque el ruido de los locales los fines de semana fue un poco molesto. El desayuno es variado y delicioso. me encantaron los panes y mermeladas, aunque los huevos revueltos estaban un poco secos y el bacon no era el mejor. La piscina interior es pequeña y el agua estaba fría, lo que fue un poco decepcionante, especialmente porque esperaba un spa más completo. La atención del personal fue excelente y siempre muy amables. Sin embargo, el problema del aparcamiento en Cascais es serio. el costo en la marina fue bastante elevado. En general, disfruté de mi estancia, pero hay algunos detalles que el hotel podría mejorar.

Un lugar con encanto y buen rollo

El hotel tiene un estilo único y está en una ubicación top. El desayuno fue el mejor que he probado, con muchas opciones ricas. La única pega es que el ascensor estaba un poco lento a veces. Pero el resto, como la piscina y el personal super amable, lo compensa. ¡Me encantó!

Una experiencia memorable en un lugar excepcional

Disfruté de un agradable paseo hacia la playa de Guincho, evidentemente hermoso. El personal fue muy amable, siempre dispuesto a ayudar. No se pueden perder los desayunos. Aunque no había zumo de naranja natural, el café y la bollería estaban deliciosos. ¡Recomiendo probar el restaurante en el hotel!

recomiendo este hotel, es total para una visita breve,

Encantadora ubicación, encantadora habitación, con un desayuno que ofrece una buena variedad de opciones como frutas frescas y deliciosos pasteles, además de un acceso fácil a la playa que permite disfrutar de un agradable paseo al atardecer.

Nada malo.

La ubicación del hotel es increíble, justo en una fortaleza histórica y frente al mar, lo que agrega un encanto especial. La arquitectura del lugar es una obra de arte, combinando modernidad con detalles antiguos que la hacen destacar.

Llegar a las habitaciones es un verdadero laberinto, y si pagas por un balcón, asegúrate de que realmente lo tengas y no un simple patio sin vistas. La limpieza diaria deja mucho que desear. en varias ocasiones, nuestras habitaciones no estaban listas hasta tarde, y las duchas carecían de un rociador adecuado. Además, el desayuno es normal, con poca variedad de fruta y bollería, y los detalles de contaminación para quienes padecen alergias son preocupantes.